Sé que a la vida le da por el sadismo, siempre lo he sabido, esas cosas se ven todos los días, por eso he dejado de ver las noticias, de leer el periódico y escuchar la radio. Sin embargo, el aislamiento total no existe, no es posible vivir en una burbuja, menos en estos tiempos de futbol que corren, menos teniendo un equipo nacional que se jugaba a las once de la mañana el "pase" contra un equipo grande.
Las expectativas eran pocas, pero ahí estaban... y he aquí el sadismo de la vida, dejarnos ver, aspirar, paladear un juego más, con un 1-0 que tenía el sabor de la victoria, dulce victoria, para luego embarrarnos en la cara un empate e inmediatamente después un derrota. Ahí estaba yo, arrepintiéndome de ver el partido, nos había pasado de nuevo, lo de siempre.