La inspiración literaria tiene los más diversos orígenes, las vivencias del autor, la mirada de una mujer, una hoja cayendo de un árbol, la basura siendo arrastrada por el viento, el bamboleo de unas nalgas, una boca de mamadora, la nota roja de un diario amarillista, el table de una desnudista, un buen putazo de alcohol, una fantasía contenida, una fantasía cumplida, de tal forma que la cosa es sencilla para quien falto de imaginación está lleno de anécdotas, sin embargo, es recurrente el caer en esa especie de bache creador donde abunda el ocio y falta la inspiración, donde la anécdota es una hoja en blanco, un cenicero inundado de colillas y un estado francamente etílico.
Algunas vez leí que Guillermo Fadanelli, consideraba que para que la obra de un escritor tenga cierta "salud literaria" el escritor debería estar podrido por dentro, por su parte Rimbaud señaló que la literatura, específicamente la poesía, tiene como fundamento el razonado, o consciente, desarreglo de los sentidos.
En otras palabras, cuando el escritor se ha estancado en su labor creadora nada como un churro, dos nenas y mucho vino, para dar pie a un bacanal de aquellos que se convertirá en nuestra fuente de inspiración literaria ¡abundante fuente de inspiración literaria! Busquemos pues a nuestra musa en la orgía de los sentidos.
Desde ya, un abrazo.
En otras palabras, cuando el escritor se ha estancado en su labor creadora nada como un churro, dos nenas y mucho vino, para dar pie a un bacanal de aquellos que se convertirá en nuestra fuente de inspiración literaria ¡abundante fuente de inspiración literaria! Busquemos pues a nuestra musa en la orgía de los sentidos.
Desde ya, un abrazo.
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