Hay cosas que me sonrojan, sí, me refiero a ese calor en las mejillas, a esa especie de pena ajena que sentimos cuando una situación nos incomoda, ver a una damisela en paños menores caminando en la calle sería una de ellas, sin embargo, mi curiosidad, debo decirlo, me impulsaría a seguir observando.
Dicho esto comentaré, no sin cierto pudor, que camino a casa vi bajar del camión a una dama de buenos cascos, ataviada con un pantalón azul de tela ligera, quien al girar y darme la espalda, puso ante mí una panorámica francamente impúdica, sus pantalones se transparentaban sobre sus nalgas y ¡Dios Santo! era en verdad como verla desnuda, sus nalgas sonrosadas atraparon mi mirada y no pude resistirme a seguir su andar observando el bamboleo, eso sí, totalmente indignado.
¡Ay bamboleo!
1 comentario:
Jajajaja...no creo que solo tu la hallas visto.... pero eso te diò pena ajena???....no creo!!!!
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