Cuando quieras tú,
divertirte más
y bailar sin fin,
yo sé de un lugar…
El Noa, Noa, Juan Gabriel.
Sentí su mirada. ¿Era regocijo, sorpresa o atracción? ¿Cómo saberlo? Sentí que iba por la vida desnudo delante de ella. Me ajusté la chamarra de mezclilla mientras ella me saludaba.
-Hola Lic. ¿Está bajando de peso?
-Hola, hola. Sí, un poquito. Sus ojos recorrieron la esbeltez de mi figura. Brevemente se detuvo en mi entrepierna.
-Se está poniendo bien bueno.
-Gracias… y muy a la orden -exclamé- ella soltó un “já” y sonrió maliciosamente. Me sonrojé y pensé que un día cualquiera ella me tomaría la palabra. Suspiré profundamente y murmuré… “Cuando quieras tú, divertirte más, (…) yo sé de un lugar"…
No hay comentarios:
Publicar un comentario