Provengo, como pocos sabrán, de un linaje poco honroso, el ancestro más remoto del que tengo algunas pistas era, según me cuentan, un salteador de caminos, un iracundo homicida, un borracho empedernido, un insaciable bandolero, integrante de una banda de forajidos dedicados íntegramente al arte del saqueo violento, del robo de mujeres y otras actividades similares tan cotidianas en aquellos tiempos. Personaje que, para colmo de males, figura en el único libro que se ha escrito sobre la historia del pueblo del que provengo, Chilaque de los Venados de Acero, no me imagino, la verdad, a uno de mis antepasados disparando a quemarropa, con cananas cruzadas y una Smith & Wesson de dimensiones respetables.
Creo que la razón por la que un hombre desea conocer aunque sea una parte de su abolengo, radica en que éste hecho le dará una explicación sobre el porqué de su actual conducta, el problema de conocer en parte mi abolengo es que no logro entender como es que llegué a ser un honrado padre de familia -risas-.
Desde ya, un abrazo.
Desde ya, un abrazo.
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