jueves, 31 de octubre de 2019

Discernir... arena.

Cuando Juanica y Chan Chan
En el mar cernían arena
Como sacudía el 'jibe'
A Chan Chan le daba pena

Chan Chan, Compay Segundo. 



Era un día caluroso y húmedo. La lluvia de la noche anterior había empapado la arena acumulada en el baldío y pese al sol matutino ésta seguía mojada y pesada. Así que pala en mano había puesto a orear tanta como me fue posible, sin embargo a solicitud del "mai" tuve que cernirla tal y como estaba. 

Era un día caluroso, por lo que mis testículos pendían más de lo habitual, alejándose de mi cuerpo, esto lo noté mientras sacudía el tamiz con la arena sobre todo porque el vaivén los hacía chocar entre sí, sin brusquedad, es más casi con dulzura.

El maestro albañil requería al menos cinco botes de arena cernida, cerní 23 y no me dio pena.

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Con grandes aspiraciones.

Sólo quiero ser un viejo decrépito, rabo verde y borracho, como Buk.