(...) es algo que me vengo diciendo desde el año pasado y hoy decidí retomar mi vida deportiva, por lo que tan pronto llegué del trabajo me calcé los tenis, le coloqué la correa a mi perra y salimos con un espíritu deportivo y una motivación que el mismo Miguel Ángel Cornejo envidiaría, media hora después un agudo dolor en un costado me sumergía en el limbo de las maldiciones y las respiraciones acompasadas...
Pero que cruel es la vida y pesados los años y los kilos ni se diga y que maneras tiene la vida de pasarnos factura. Sin embargo, empecinado como soy, un cabeza dura, mañana saldré más o menos a la misma hora, correré más o menos la misma distancia, en más o menos el mismo tiempo aunque me duela un costado con más o menos la misma intensidad. He dicho.
Desde ya, un abrazo.
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