martes, 27 de julio de 2010

Dios bendiga a las instituciones.

En otras circunstancias hubiese bociferado, gritado a los cuatro vientos, maldecido, empotricado, insultado a las instituciones,  sin embargo, siendo el aguerrido, malencarado y corajudo que soy debo decir que hoy el Instituto Poblano de la Juventud se ha ganado el mayor de mis respeto y miren que siento poco de eso por cualquier instituión pública, hoy las cosas son distintas por que en el abandono informático que cierta empresa proveedora de servicios de televisión por cable, telefonía e internet con nombre en primera persona ha tenido a mal desproveerme de ese servicio tan inecesariamente básico ¡malandrines! ¡egoístas! ¡qué más da la razón, el exceso o escaso pago! ¡nada hay que justifique semejante acto de barbarie! 

Así que cabilé concienzudamente, reflexioné largamente, consulté al oráculo y resuelto he decido cambiarme de proveedor, he pensado en crackear la red del vecino pero casi siempre he procurado desistir de cometer cualquier acción deshonrosa -además de que no tengo el parche para echar andar mi tarjeta wifi en modo monitor y, curiosamente, necesito internet para bajarlo-, en fin, decía que hasta el día de hoy puedo bien hablar de una institución pública puesto que hoy me ha proveído cerca de media hora de servicio gratuito de internet en máquinas en buenas condiciones y con Ubuntu! que más se puede pedir?!

Desde ya, un abrazo. 


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Con grandes aspiraciones.

Sólo quiero ser un viejo decrépito, rabo verde y borracho, como Buk.